Despedida, o no.

Ella escribe en cama, bueno, en la cama que tenemos montada en el suelo. Dos colchones uno al lado del otro, para dormir juntos, comodamente. Las lágrimas llevan todo el día asomándose por los rostros de ambos. A veces ella llora, a veces soy yo. La pena es inmensa, la felicidad también, y los sentimientos encontrados de felicidad y tristeza dejan paso a la resignación.

Quedan por delante 5 meses de soledad a medias. De tener el teléfono como único medio para amarnos. De esperar de nuevo para poder estar en brazos del otro.

Atrás dejo una familia que me aprecia de una manera que me ha sorprendido, que me ha hecho amarles como si fuera la mía propia, bueno, en realidad ya formo parte de ellos tambien. No me extenderé mucho, ahora mismo dejaré de escribir, porque es nuestra última noche juntos hasta dentro de unos mesas. Las despedidas son muy dolorosas, esta lo es, pero solo es un hasta luego. Dentro de 5 meses estaremos juntos para siempre, dentro de 8 meses volveremos a casarnos, lo hemos hecho ya, pero faltan otras dos bodas más, hay que tener contenta a la familia, y al gobierno.

En fin, esta semana ha sido la más feliz de mi vida, y esto es solo el principio. La vida es maravillosa.