Llevamos juntos.

viernes, septiembre 22, 2006

Reloj, no marques las horas, marca los días.


Si, ya se que el título es un poco extraño. Me acordé de la canción de los Panchos (era de los Panchos??) pero aunque el título me guste, no va con lo que quiero decir. Lo que deseo es justo lo contrario, que las marque, que cuente el tiempo que falta hasta uno de los días más felices de mi vida, que no será el más feliz, porque habrá otros muchos mas.

Así que te pido, reloj, avanza rápido y, cuando llegue ese momento rómpete, detente, deja de contar el tiempo, porque no desearé que lo hagas.

Esta semana, ha sido una prueba, la hemos superado, y como con todas las pruebas, siempre es para mejor. Los sentimientos, que ya eran claros, clarísimos, se afianzan cada día mas, las dudas que nos quedan, van desapareciendo. Claro que, no desapareceran del todo hasta el momento que nos veamos, peor a partir de ahi, será nuestra perdición. Yo no tengo dudas sobre el amor que siento por ella, es infinito, es increible, y la felicidad que me llena cada día es la prueba de ello. Ella tampoco tiene dudas a ese respecto, aunque mejor que os lo diga ella. Pero es cierto, que existen miedos, provocados en gran parte por nuestras inseguridades, fruto de nuestra enfermedad, por algo estamos en tratamiento. Yo por mi parte, que aunque algunas personas (léase Akela) os digan lo contrario, no soy un santo, y como todo ser humano tengo mis miedos, mis inseguridades. En mi caso suelen traducirse en celos, pero en realidad lo que me sucede cuando me siento celoso es que en ese momento pienso que yo no soy lo suficientemente bueno para ella y que cualquiera es mejor que yo. Es una tontería pensar así, pero después de muchísimos años con la autoestima por los suelos, aún me resulta dificil a veces controlarlo. Pero he mejorado mucho, eso si.

Tampoco quiero que penseís que dudo de ella, nada más lejos, de hecho, es la primera vez que estoy seguro de que alguien me ama. Es la primera vez que toda la ternura, los mimos, el cariño que yo doy, me es devuelto multiplicado por infinito. Eso me provoca sentimientos variados, felicidad, deseo, necesidad de estar por fin con ella, y también, en una pequeña parte, cada día mas pequeña, algo de temor. Lo explicaré mejor, Estoy, o mejor dicho, estaba, acostumbrado a recibir poco a cambio de todo lo que yo daba, así que es nuevo para mi esta situación, me descoloca un poco, aunque me encanta. Como a todos nos pasa, las cosas nuevas nos asustan un poco. Y el deséo de que eso nunca acabe, de que nunca deje de amarme como lo hace ahora, me tiene loco perdido, de amor, se entiende. A ella le pasa algo parecido, aunque nadie mejor que ella para hablaros de eso. En su caso, por lo que hablamos esta semana, tiene que ver con la confianza, con la lealtad. Quizás ella no ha tenido nunca nadie a su lado completamente entregado, leal y fiel. Yo soy así, y entiendo la vida de esa manera, sobre todo el amor, llamadme conservador, anticuado, me da igual, así es como deseo yo que séa una pareja. Al estar acostumbrados a lo contrario, sentimos, esperamos que nuestra pareja se comporte de la manera que conocemos, al ver que eso no es así, nos cuesta creerlo, es justo lo que deseamos, lo que llevamos esperando toda la vida, y ahora que llega, nos toma por sorpresa.

No estoy triste hoy, solo un poco filosófico. Hubiera preferido esperar a que ella contestara a mis últimos post, pero no ha podido escribir, y la verdad es que yo sentía deséos de hacerlo, así que aqui os dejo mis reflexiones.

Por último, solo quiero deciros, por enésima vez, y nunca dejaré de hacerlo, que por fin he encontrado a la persona por la que llevo suspirando toda mi vida. Alguien que corresponde todo el amor que doy, alguien que desea entregarse al ciento por ciento, alguien que deséa estar a mi lado por encima de todo. Ahora estoy enamorado, increíblemente enamorado, pero, como dijo ella, cuando estemos juntos, se transformará en algo más dulce, mejor, en AMOR VERDADERO. Yo se que ella es ella, que ella es mi amor verdadero, mi media naranja, mi medio pomelo, mi ángel, el trozo de mi que se perdió cuando nací, es mi dueña y señora, la guardiana de mi alma y mi corazón. Aqui, delante de todos vosotros, os digo, le digo a ella, que ya no puedo cambiarlo, que yo ya no soy yo, que no hay vida sin ti, que te he encontrado, te he entregado mi alma, y ya no puedo recuperarla más, porque perdería su aliento, si no estuviese entre tus manos. TE AMO con deliciosa locura, y soy tuyo y de nadie más, eternamente tuyo.

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