Llevamos juntos.

jueves, diciembre 07, 2006

Frio, el tiempo pasa, tic, tac, tic, tac


Hoy comienza un día extraño. Hace muchísimo frío, pero mucho, mucho. En la oficina casi no hay nadie, y eso hace que tenga una sensación extraña. La mayoría de la gente hace puente hoy, el miércoles fue festivo y mañana también lo es, así que no hay un alma, ni en la carretera ni en el trabajo. Solo quedamos los pocos que decidimos no tomarnos el día de hoy de vacaciones. Pero el día comenzó para mi a las 5 y media de la mañana, cuando sonó mi teléfono. Al principio pensé que sería mi niña, así que me levanté dispuesto a darle un toque de vuelta. Pero sonaba diferente, quiero decir, tengo una melodía de "The Who", concretamente "We won't get fooled again", y para el resto otra, así las diferencio sin tener que mirar la pantalla. Y era la otra la que sonaba, y cuando miré el teléfono ponía "Desconocido". Que extraño, pensé, a estas horas, pero podía ser ella igualmente, porque a veces pasa que me llama y dice "Desconocido". Dejó de sonar y ya iba a contestar cuando sonó de nuevo. No puede ser ella, pensé, así que dejé que sonara un poco y contesté. Al otro lado no se oian más que murmullos, ninguna voz clara, y al cabo de unos segundos cortaron. Extraño, pensé yo, pero lo más probable es que alguien se equivocara, solo que equivocarse a las 5 y media de la mañana, bueno, no está muy bien. Estoy casi seguro de que no era Lau, pero en fin, continúo.

El caso es que, como había sonado algo extraño, mi cuerpo, o mi mente, se creyó que era hora de levantarse. Así que me fui a preparar mi desayuno y después a ducharme. Ya duchado regresé a mi habitación y por un instante me fijé en el reloj. Decía que eran menos cuarto, y oh, eso es extraño, porque nunca tardo tanto en ducharme. Miré el otro dígito, el de delante, y por fin reaccioné y me di cuenta de que eran las 6 menos cuarto. Noooooooooo!!!!!, pensé a gritos. Y con una sensación entre alegría por poder seguir durmiendo, y rabia por haberme ya duchado en lugar de seguir durmiendo, me volví a poner el pijama y me metí en cama. Tardé un rato en dormir de nuevo.

Así que hoy comenzó el día dos veces para mi. Después me levanté de nuevo, pero esta vez tenía el te listo y ya estaba duchado. Así que solo tuve que vestirme, calentar de nuevo el te, desayunar y salir de casa. Evidentemente por el puente, no había un alma en la carretera, así que llegué al trabajo enseguida. Y como era de preveer, no hay un alma en la oficina.

Pero dejemos el día de hoy de un lado, y os hablaré de ayer. Fue festivo para mi, así que estuve en casa todo el día. Y la verdad es que me alegro, porque Lau estuvo enferma y necesitó de mi presencia. Durante todo el día traté de llamarla cada poco tiempo, de animarla y regañarla si estaba de pie. Traté de cuidarla en definitiva. A veces uno necesita no solo de medicinas para sentirse mejor, sinó de la presencia de alguien que nos cuide, que nos mime, y eso es lo que intenté darle a Lau ayer. Creo que lo conseguí, y me alegra, me hace feliz. Sentir que a pesar de la distancia puedo hacer llegar mi calor en forma de mimos, de amor, me da valor, fuerza. Sé que podré afrontarlo todo, que cuando ella esté aqui, si se pone malita, o triste, podré volver a hacerlo, volveré a darle mi calor, mi amor, y los mimos que séan necesarios, solo que no solo con mi voz, con mi presencia en forma de palabras, sinó con mis abrazos, con mis caricias y mis besos. Si puedo hacer que se sienta mejor al teléfono, podré hacerlo aún mejor en directo.

Y aparte de eso, me encantó oirla enferma. Entendámonos, no quiero que enferme, no quiero que le duela la espalda y la cabeza, no quiero que tenga fiebre. Pero la tenía, y su voz era linda, un poco apagada, suave, pero dulce. Sonaba como una campanilla pidiéndome mimitos, y ayyyyyy me encanta. A veces le entraba la tristeza, y entonces yo me sentía desconsolado, porque sabía que con un abrazo se sentiría mejor. Mi mejor arma, contra la tristeza suele ser el humor, así que me inventé un par de chistes y repetí algún otro que ya había contado. Inventé versiones del chiste de los tomates, y dejé que hablara con el mono Pampi de nuevo. No quiero que penseís que se comportó como una niña pequeña, sinó más bien como un adulto que se siente enfermo y necesitado de cariño, y eso nos pasa a todos, no os hagaís los duros ;-)

Me encantó cuidarla en la distancia, llamarla cada hora para saber como estaba. Mandarle besos, abrazos con los ojos cerrados, olvidar por un día todos los problemas de mi vida cotidiana y dedicarme el día entero a pensar en ella. Siempre pienso en ella todo el tiempo, pero ayer mas, y eso que parece imposible. Cuando esté aqui, sabré cuidarla bien, sabré darle cariño, amor, todo. Y lo mejor de todo, es que no hay receptora en el mundo para todo eso, mejor que ella.

Tic, tac, tic, tac, el reloj mueve sus agujas, tic, tac, el tiempo pasa, tic, tac, y me va acercando a ti, tic, tac, tic, tac, tic, tac.
Laurita mía, mi esposa dulce, mi amor, mi vida, que puedo decirte ya, que puedo hacer para que te sientas mejor. Solo seguir aqui, dándote mi vida, dándote todo lo que tengo en mi interior. Gracias por perdonar mis defectos, gracias por amarme con ellos. Todo en la vida me lleva a ti, todos los problemas, sufrimientos, alegrías, tristezas, triunfos, derrotas, todo, todo, me acercó a ti. Fue doloroso a veces, pero ahora pienso que mereció la pena. Te amaré mi vida entera, te mimaré y querré como pocos pueden hacerlo, te daré todos los abrazos, besos y caricias que puedas necesitar, y estaré siempre a tu lado. TE AMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

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